jueves, 8 de enero de 2015

La ciudad de los silencios

Recordaría cada momento pero mi memoria ha sido borrada,
los lugares son comunes pero sus sabores ya no me impresionan,
pareciera que el reloj me jugara una mala pasada,
pareciera que el sol se aquieto y las sombras se proyectan vespertinas robando mi sonrisa.

Hoy te miro como a una ciudad muerta,
y en tus calles veo clara tu soledad,
esa que se esconde en las piedras pero que el viento hace gritar,
son como canciones sin letra, lamentos inaudibles que te perturban
que violan tus secretos,
que te comen silenciosa.

Eres un fin estatico y lento,
aquietado en el estanque,
como un pozo que se encoge,
se come a si mismo en lo profundo de una caverna,
como una lagrima que no cae,
un dolor sin nombre.

Alli estas y allí sigues,
con tus soles que no calientan,
con tus vientos que no agitan,
con tu vida de inermes recuerdos,
de mortíferos seres hechos sombras, 

en un silencio que lo dice todo.

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