jueves, 17 de diciembre de 2015

Flacucha de piernas sensuales



Acallado te vuelves tímido con el sol,
si lo se, es horrible pensar en el ayer,
saber que entre tus manos ya nada queda,
solo recuerdos que ahora difícilmente vienen a tu cabeza.

Y estas allí, recostado silencioso y apagado.
esperando a que pronto la sabana blanca con la que te arropas,
te termine por cubrir.

Dejas atrás una vida,
buena o mala no lo se,
solo una vida... esa que entre tantos años ha dejado marcas de tristeza y alegría,
que ahora como zanjas marcan tu piel,
dejando sus cicatrices profundas.

Hoy, si es que todavía es hoy,
estas sumido, consignado por la sombras de tu familia,
en un cuarto blanco con luz de almacen,
donde entran y salen vestidos blancos y hombre sabios.

Eres el parasito de estudio,
la vela profusa que se difumina,
que se pierde en una oscuridad que siempre estuvo presente,
pero que antes nunca te habías dado cuenta,
de lo cerca que siempre estuvo.

Y allí esta,
esa flacucha de piernas sensuales,
que ahora te mira con ternura,
como si darte el último beso antes de partir,
quisiera.

Ella hoy viene a liberarte,
a decirte que si... que esta es una...
una mas...
de tus vidas.

Por Renzo Corredor

viernes, 4 de diciembre de 2015

Caos



Todo comienza y termina,
dicen las fechas del calendario,
donde sus hojas caen una a una,
dejando sombras indelebles que se pierden con el viento.

Arranco de un rasguño el pesar de mis ojos,
se que las lágrimas como lluvia se llevarán ese maldito sentir,
mientras como un papelito sucio se arrastra ,
devorado por la alcantarilla de los odios.

No queda mas que esperar,
saber que las modas son solo vestidos de puta que se caen,
dejando entre ver que sus senos son plástico,
y sus miembros de madera carcomidos por el fuego.

El dinero maldito elixir que se difumina,
solo es cadena de nuestro ser,
que nos deja ser esclavos al mundo... de lo material,
e impide en un caos de perdición y palabras bonitas,
ver con claridad, como naciones y multinacionales enteras devoran la poca comida de nuestros hijos.

¿caos?... ¡No!: eterno devenir
al que el mundo te acostumbra.

Por Renzo Corredor