miércoles, 26 de noviembre de 2014

Viaje Espacial en problemas

Es una celda,
mis carnes ahora vistas desde el espacio,
una pequeña máquina orgánica que se deshace,
que se pudre dentro de este traje astronautico

y que mierda hago aquí?
acaso la respuesta sirve de algo?
no lo creo, solo se que mi vista seria envidiada por millones,
pero ninguno regalaría sus carnes por mis ojos.

Decidí viajar fuera de casa,
y hoy el eterno negro con pequeñas estrellas,
son inmenso silencio de la estática al otro lado de la linea.

Ya grite pero mi consciencia me ha decidido huir en mente,
abrí una puerta pequeña detrás de mis orejas,
y aunque al principio la sangre lleno el casco,
vi claramente una escalera,
donde un diminuto ser con corbatín me sonreía,
y me tranquilizo saber que por allí podía huir,
que con mis recuerdos puedo crear un nuevo universo,
un mundo donde eyacule mis deseos,
y creerme un ser superior,
un mundo con playas púrpuras que se dejan acariciar por un océano amarillo,
ese que se fusiona en el horizonte a un cielo verdoso coronado por un sol,
acompañado por 19 lunas,
donde cada una flota entre nubes tenues y blanquecinas,
miserables que no sostienen una gota pero si dejan entrever una atmósfera,
con olor a mora, a uva y un toque de limón.

¡Hola! me dice el pequeño ser desde una cabaña envejecida,
este es tu nuevo mundo y bienvenido sean tus pasos a este tu universo.

sábado, 15 de noviembre de 2014

Folio 69

Y te encuentro deliciosa,
entrelazada de forma invertida contra mi cuerpo,
alimentándonos de los placeres indecibles,
besándonos las sombras, metiendo la lengua y abriendo la boca,
comiéndonos en quejidos y armoniosos movimientos.

Y puedo verte infinita desde entre tus piernas,
esas que ahora envuelven mi cabeza,
y me invitan a olerte,
a dejar que mi boca entre en tu selva.

Y allí están a punto de disparar,
dispuestos a matar a todos y cada uno de los presentes,
niños, mujeres y abuelos,
malditos y maldecidos enmarcados por un cuadro común en una sociedad maloliente.

Y me tomas con tus dientes,
muerdes cada parte de mi ser,
buscando que estalle el volcán para llenarte completa,
para que tus montículos rosados,
tus senos admirables se dejen inundar,
se dejen mojar por completo.

Y apuntan descarados con risas malditas,
cargan en sus hombros signos de políticas incorrectas,
heredadas en una nación sin madre,
una Colombia que en ultimas no conoce de izquierdas ni derechas,
muerta desde el parto.

Y te penetro dejando mi semilla,
y me dejas entrar a lo mas oscuro,
en un gemido consonante, en una armonía cadenciosa,
que termina con nuestros cuerpo enlazados,
amarrados para siempre...

...la puerta se abre y una maldición rompe el silencio,
ahora somos cadáveres infinitos en un hueco,
N.N.`s que se suman al hambre de esta guerra sin nombre,
de este conflicto sin dueño.

Por Renzo Corredor

sábado, 8 de noviembre de 2014

Insecto

¿Que es un insecto?
un ser asustador que hace correr a las muchachas con sus vestidos al vuelo,
dejando entrever sus delicadas piernas entre gritos y maldiciones,
entre perjurios y prejuicios.

Si, tal vez, pero allí están monstruos inomiosos y eternos,
con sus cuerpos invertidos donde la piel queda por dentro,
y la carcaza del esqueleto explota al exterior de sus cuerpos,
en formas espinosas, brillantes y rigidas.

Guerreros con alas sonoras,
helicópteros prehistóricos que caminan en estas tierras,
antes que nuestros pies siquiera la vieran.

Insecto también como expresión despectiva,
hacia el que vale nada y la nada le determina como invisible,
mendigos sin nombre con manos estiradas,
seres perdidos que caen en matanzas, asesinatos y muerte.

Como un zancudo sanguinolento que se revienta contra la pared blanca,
con un crujido delicioso y pecaminoso en señal de repugnancia,
en señal de minúscula miserable minoria.

Ya sea en un sentido socialmente despectivo o biologicamente descriptivo,
el insecto encierra lo incomprendido.

Cuan cuspide entre nubes,
se alza victoriosa,
pero muda ante las palabras sin sentido,

Insecto: ¿que eres sino el adán y eva de la existencia?
contienes en tu interior la respuesta a la respiración callada de quien lee este texto,
y destruyes como una Penelope en eternas formas tu cuerpo.

Insecto: ¿que eres sino la base de una sociedad maldita?
la muestra de la pobreza y la inequidad,
la salida al orden imperante con una sonrisa
la invisible pero poderosa forma de romper las cadenas
a la realidad.

Por Renzo Corredor

jueves, 6 de noviembre de 2014

Cantalicio

Reconocería los pasos,
si los escuchará de nuevo,
sabría que era su sombra la que se abre camino por el sendero,
Con sus risas y palabras amables,
su barba gruesa y filosa,
su sombrero y su canciones hechas silbido.

Lo vería con su figura delgada pero endurecida,
su ojos profundos con la tierra dentro,
y una carcajada sonora que me recuerda lo vivaz que era,
pidiendo esas cebollitas que tanto odiaba,
escuchando sus canciones y viéndolo fumar espeso,
mientras se queda callado con la mirada en el horizonte,
en esas tierras altas de cultivos encumbrados, 
donde era un rey.

Me parece verlo y sentir su presencia,
allí donde siempre lo vi, 
mi abuelo llegaba y se iba sin parar,
era un espíritu andariego,
un caminante infatigable de historias y trabajo arduo,
que había hecho de sus manos rocas, fuertes y agrestes,
una piel ennegrecida por el sol,
y arrugas que le hacían respetar.

Ese era mi viejo... mi abuelo, 
de sonrisa amable, de voz de trueno,
que cuando enfurecía hacia temblar, 
pero casi siempre gracioso y pendenciero, 
me dejo marcados bellos recuerdos.
de la gente hermosa de mi tierra,
de mis orígenes agricultores,
de mi procedencia campesina.

Por Renzo Corredor