jueves, 4 de febrero de 2016
Desorden
Desbocada, pretérita y desalmada,
asi te vi en aquella calle pequeña apretujada de gente,
un sentimiento interno y silencioso me comio en un momento,
estabas bella y tu luz en mis ojos quemo.
Esa era otra me supuse,
pero el aroma de tus cabellos,
y el contoneo de tus caderas me hicieron
recordar aquellos encuentros en las escaleras.
Donde nuestros cuerpos raptaban
queriendo fusionarse,
buscando perderse en el gemir,
intensos y profundos en un minuto,
antes del adios.
Hoy vuelvo a la misma calle,
y ya sé, que sólo fuiste penumbra y sombra,
ante el sol de mi imaginación,
aunque no recuerdo si soy la invención de una mujer que camina silenciosa en la calle,
o el de quien mira queriendo inventar una historia,
entre dos.
Por Renzo Corredor
Etiquetas:
amor,
invenciones,
pasión,
sexo
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