jueves, 11 de diciembre de 2014

Palacio de injusticia (1)

La recuerdo por las mañanas,
con su vestido blanco, su sonrisa hermosa,
caminando alegre con sus comentarios, sus sueños y alegrías,
preparándose para un nuevo paso en el caminar de su vida laboral.

-¡Otro pedazo mas de tierra a esta!-grito mi capitán,
pobre niña se ve que era hermosa,
se ve que estaba llena de vida,
y acá todo termina.

Tomate el cafe mi niña, se te hace tarde,
le dije con tono regañon pero siempre consentido,
ella feliz y de pie lo toma, muerde un pedazo de pan y me da un beso,
huye al bullicio de la calle con la promesa de volvernos a ver.

¿Y esta que hace aqui?,
-¡soy inocente!- grito la mujer, pero un golpe la acallo,
un golpe certero que le enrojeció los ojos.
¡cállate zorra!, grito el hombre con las estrellas en el casco,
las últimas que vería la bella damisela.

De seguro le ira bien a mi niña,
ya es toda una abogada y de seguro magistrada será,
mi hermosa muñeca, es un sueño que ahora se hace realidad.
un hermoso sueño de sonrisas y esfuerzo donde juntos lo conquistamos.

¡Presidente retomemos el palacio!
gritan muchos, murmuran pocos,
¡los malparidos nos dieron en las guevas!,
grita un hombre de bigote con muchas babas por fuera,
...ahora démosle en el culo, con mis tanques encabronados de fuego.

Hace mucho que esta fría ciudad,
de montañas húmedas y algodones de agua,
nos recibieron con frialdad,
pero con mi trabajo y mis manos rasgadas,
contruí esta casa cuando viviamos con mi martica ...con mi amada martica.

¡Atención esto es un secuestro!,
grita un hombre de negro con la cara cubierta por una bandera,
mientras descarga sus armas al aire.
mientras otros le secundas como sombras de la muerte,
y nos apresan contra los muros.

Ella se fue entre satinado rojo,
y me dejo a mi niña como un recuerdo de su sonrisa.
me dejo a mi preciosa como una promesa...de un mundo mejor.

Mi niña no lloro, ella siempre fue fuerte.

Aunque la oscura mano de este maldito país me la haya arrebatado,
aunque la sangre se haya llevado su cuerpo,
hoy sigo esperando en mi mecedora su regreso,
hago su café espeso con su pancito dulce.
pero los días siguen persiguiendo las noches,
y mi visión se empieza a oscurecer.

Mi niña... mi niña, ¿donde estas?.

Por Renzo Corredor.
Nota: Este poema aunque es ficción se basa en hechos reales: http://goo.gl/IzOHYX

No hay comentarios.:

Publicar un comentario