viernes, 14 de junio de 2013

14 centimetros

14 centímetros separan las nubes de la tierra, cuando las veo desde mi ventana.
14 centímetros que se vuelven eternos con cada movimiento lento pero seguro,
donde como algodones cargan lagos inmensos sin que se caigan al suelo.


Yo miro, etéreo y absorto, como el que mira por primera vez,
perplejo y atónito, su movimiento cadencioso, como acariciando en son de amenaza la tierra,
como deseando penetrar para ser una entre sus ríos y mares.


Ellas me miran sin mirar,
como una mujer hermosa en busca de suspiros,
que camina cadenciosa, lenta pero segura, haciendo sonar sus tacones,
intimidando con su sensualidad.


La tierra tímida... quieta está,
inerme ve como las nubes a 14 centímetros pasan desde mi perspectiva,
atenta sólo se deja acariciar por el blanquecino sucio de las nubes,
y las rasga suavemente con sus montañas,
robándole con sus filos delicadas telas.


Yo sigo mirando mientras haya luz,
mientras la luz emerja y deje que las figuras inmensas que ahora están a 14 centímetros,
sean devoradas por una nueva reina: la oscuridad,
y la intimidad oculte ese baile prohibido para mi mirar,
entre la tierra y las nubes, entre las triangulaciones y las esferas,
entre la rigidez y la suavidad.


14 centímetros separan el cielo y la tierra,
14 centímetros separan mi mirar.

Por: Renzo Corredor 
www.renzocorredor.com

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