miércoles, 13 de abril de 2016

Maldición púrpura



Son muchos los cuerpos que hoy son abono en la tierra,
miles de sombras que ya no se proyectarán,
cientos de sonrisas que sólo se escucharán en las casas olvidadas de cualquier rincón,
decenas de miradas... de seres que ya nadie recuerda.

Hoy el viento es su voz,
y aunque callado se mueve por entre las ramas,
no deja de gemir con pesar,
un pesar que ya no tiene llanto,
al que muchos llaman olvido, al que mucho temen como a la muerte.

En el ayer los recuerdos han quedado,
mientras los huesos se vuelven polvo,
y con ellos se esfuma el último gemir,
lo último que se consume,
lo último que se añora.

Sombras y sus muertos pululan por la tierra,
hoy sus voces y canciones son un viento,
que se mueve silencioso entre las ramas,
que nunca dejan de decir adiós.

Por Renzo Corredor

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