jueves, 1 de mayo de 2014

Matias

Naces para enseñarme que la lucha por la vida se inicia desde la concepción,
tu energía y vitalidad me muestra que el alma es un caballo de fuego que corre en un horizonte interior,
eres una sonrisa y una mirada brillante que toma forma desde mis sueños,
un cuerpecito hermoso que vibra sin parar moviendo tus piernas y tus brazos,
viviendo cada segundo como el ultimo.

Eres el segundo milagro de Dios en mi vida,
pero el primero en demostrarme lo inmenso del amor de Dios,
un abrazo que quiero sentir siempre,
un beso que espero hasta cerrar mis ojos,
una vocecita que se hará mayor con los años
una mano débil y frágil al principio pero fuerte y decidida con cada amanecer,
mi hijo hermoso con sonrisa incuantificable.

Te amo hijo y espero dedicarte todo mi tiempo a ti y a tu hermano,
porque juntos son todo lo que Dios me dio, 
mi gran tesoro, mi proyecto máximo y mi camino vital,
guerreros dispuestos a la conquista,
a levantarse y mirar con hambre de victoria el futuro,
dispuestos a dejar huella sin dejar de lado su fe
y posición en el infinito.

Por Renzo Corredor

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