martes, 17 de septiembre de 2013

Pequeño Destructor

Solo cuando arrancas tus pies que han echado raíces,
y temes a los asteroides de tus odios,
pensando que todos aquellos maniquís que tienes por compañeros,
reventarán sus cerebros de tanto pensar...de tanto odiar.

Así que corres creyendo que huyes,
pero solo caminas lento hasta la tumba,
queriendo devorar los anillos de saturno,
mientras las sirenas deseosas te maldicen.

Es ilógico pensar que la lógica te salve,
solo mentiras con tinta y luz,
son solo el deseo de creer en el control,
y pensar que todo pasa por algo.

Pero te detienes y miras al espejo,
todo te sabe a nada y la nada se te mete por la garganta,
esa que te inunda con un azul indecible,
y piensas morir callado en cualquier esquina,
mientras mendigas monedas en miradas...
mientras te pudres en tu ser.

¿Acaso esto es vida?
¡No!... es solo un momento inocuo que va a pasar,
súbete al barco y deja que la corriente te muestre...
que detrás de la tormenta hay un valle de luz,
con flores carmesí y paz para tu alma cortada por el desespero.

Por Renzo Corredor

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