jueves, 28 de agosto de 2014

Mariposas amarillas

Mariposas amarillas
dejaban tus huellas mientras te abrías paso por las plazas,
caminos polvorientos y mágicos,
donde las sombras tienen voces y cuentas historias inéditas e increíbles

Esas voces de un país abandonado al olvido,
de un pueblo que se reinventa en la carcajada de un niño,
mientras descalzo arrastra su camión,
en el disparo de un fusil que acallado se lo come la maleza,
de una tierra ardiente y sensual,
de una humedad que penetra, 
de un amor eterno que te seguirá hablando desde las hojas de tus libros,
desde las palabras acalladas... pero nunca silenciosas de tus escritos

Gabo  eres inmortal,
por que de tus libros abriste la ventana eterna a nuestro propio mirar,
a ese país que aun no creemos nuestro,
a esa multitud de pueblecillos calientes, 
donde el aroma de un río burbujeante se abre camino hacia el mar,
mientras se tejen traiciones, 
mientras se tejen romances, 
mientras las mariposas amarillas, los inventos, las fotografías mojadas,
los deseos ocultos y el asesino merodea,

caminatas infructuosas, el amor prohibido y demoniaco, 
las palabras y las casonas con sus altos techos,
dispuestas a dejarse invadir una y otra vez,
mas por tus versos y por tu prosa...
por tu voz única e irrepetible.

Por ahora eterno eres,
bienvenido a tu Macondo.

Por Renzo Corredor

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